Remembranzas de un guerrero


Cada vez que el gallo canta a las cinco de la mañana

mi memoria se despierta hambrienta de tierra plana,

me voy a morir de ausencia añorándote sabana,

sabana del alma mía soy el hijo que te ama,

que al galope de de mi verso con vientos de la alborada

voy a cruzar los caminos que cuando niño cruzaba,

chapaleteando descalzo el agua que se empozaba

después de los aguaceros que el cielo azul nos mandaba

voy a recoger contento telarañas de aguas claras

que extienden los alambrados antes de la resolana,

que tierra tan adorable que linda mi tierra plana

y no me pienso quedar porque tu seno me llama

con el clamor de la madre cuando a sus hijos reclama

la tristeza que me da que busco y no encuentro nada

y aquel mundo tan bonito en el que me levantaba

oyendo los pajaritos con un bochinche en la ramas,

no me abandone recuerdo píntame las madrugadas

cuando el viejo caporal el chinchorro nos meneaba

levántense muchachones que comienza la jornada,

en el rabo de una bomba todos los días me aclaraba

echándole aguas los bichos, al tabique y la tinaja

y a los árboles de fruto como naranja y guayaba

y apenas rompía la brisa recuerdo que me tocaba

era cebar un molino que apenitas se miraba,

todavía cargo en las manos como una señal sagrada

los cayos del cabo de hacha, el barretón y la pala

de la peinilla a las trancas, el rejo con que enlazaba,

recuerdo el caballo rucio bellaco que yo montaba

tenía que escupí en la mano y en las piernas me estrujaba

porque si escupía pa‘l suelo seguro que corcoveaba,

la vieja caballeriza aquí la cargo pintada

parece que todavía guarda mi villacurana

y un garabato cenizo en donde siempre guindaba

sierra, soga, maniadores y lo que necesitaba

para las labores recias del llano mi tierra amada

que así me ofrezcan tesoros nunca la cambio por nada.

Como quieres que te olvide mi población elorzana

si cargo tus tradiciones aquí en mi pecho sembradas,

cargo el alma de tu gente tan criolla, sencilla y sana,

no puedo sacar de aquí la imagen fresca y lozana

de tus mujeres preciosas cogoyos de mejoranas

que se pasean por las calles y adornan tu panorama

al paso viejo de Elorza y el vaivén de la chalana

y el ángel de la guarura nuestra imagen venerada Doña Bárbara

en las Tascuas se ve triste y derrotada

porque llegó la justicia de Luzardo a la sabana,

llano de Pedro Guerrero y José Natalio Estrada

que en la Trinidad de Arauca dejó su gloria y su fama

y en el Cristo de la Mata su fe se quedó plasmada

esta es la misma llanura de la gente que bregaba

de Calucho Calzadilla veneno cuando mandaba

igual que Chicho Guerrero en la vieja mata e‘ palma

sigo por esta llanura cruzando estero y cañada

con rumbo lechemielero donde tranquilo habitaba

humilde con mi familia pero nada nos faltaba

porque ahí repartían la olla cuado el vecino mandaba

vuelvo a Eloisa con recuerdos de gente muy apreciada

del caporal Ángel Pinto cuando el ganado se viajaba

mi primo Isidoro Archila baquiano pa‘ una posada,

Don Vicente Don Morales y Rucano el que peleaba,

lo que si defiendo yo eso sí a capa y espada

son esos bailes con arpa donde se contrapunteaba

los de allá de Medanito de Marcela y Rosa Laya

y en diciembre las parrandas que María la Cruz formaba

y hablándose de conjuntos ella era la que ganaba

menos mal de vez en cuando ponen un arpa tejuana

y otra allá en el Chavetazo talico al fin de semana

yo que era un muchacho vago que siempre me la pasaba

con un cuatro viejo roto cantando en esas ventanas

despertando las muchachas mientras las enamoraba

son algunas remembranzas de mi memoria temprana

la dirección se las dejo como antes se las pintaba

lo único que no se ve cerca de la empalizada

es el nido aquel grandote donde el pájaro cantaba

yo creo que fue en el invierno que lo tumbó un palo de agua

pero allá está mi fundito dispuesto pa‘ lo que salga

vayan que yo los espero con miche y con carne asada.