El verdugo de tus sueños


No soy el verdugo de tus sueños,
pero debo confesar
que me gustaría serlo.
No voy a fingir que soy tu dueño,
pero debo confesar
que me gustaría serlo.
Para tomar de tu piel,
para tomar de tu sangre,
para poder levantarme,
y para volver a caer.
Nunca me verás en cautiverio,
pero debes confesar
que te gustaría verlo.
No pretenderás enloquecerme,
pero debo confesar,
no sentí placer igual.
Para tomar de tu piel,
para tomar de tu sangre,
para poder levantarme,
y para volver a caer.