Te vas
cuando estaba dispuesto
a amarte eternamente,
al comprender que la vida
sin tu amor ya no es posible,
cuando sé que eres
el aliento de mi vida
y la luz de mi existencia;
te vas
y no sé si has olvidado
aquella noche
en la cual nos entregamos mutuamente,
y hoy sin ninguna explicación
te vas con él.
Pero allá en tu intimidad,
cuando compares
sus besos con los míos,
sus caricias con mis manos
y su mirada con mis ojos,
desearas regresar conmigo
y entonces vendrás a mis brazos
y serás mía para siempre.