La Chiflada del Paraguas


Aún recuerdo aquel paraguas
que llovía por dentro,
un paraguas que mojaba a quien lo usaba.
En los días soleados
tú te ibas al centro
y la gente que pasaba te miraba.

Y fue entonces cuando me paré
a observar a la chiflada del paraguas.
Nadie terminaba de entender
y hubo una señora que gritó:
¡Enciérrenla!,
¡enciérrenla!.

Te escondí tras una esquina,
cerraste aquel trasto
y nos fuimos sin preguntas a mi casa.
Y ahora llueve y caigo enfermo,
no salgo ni falta,
sólo veo agua caer sobre tu cara.

Y fue entonces cuando te busqué:
¿Vió usted a la chiflada del paraguas?
Nadie terminaba de entender
y hubo una señora que gritó:
¡Enciérrenlo!,
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!
¡enciérrenlo!.