El cielo estaba rojo como una amapola los ojos también rojos de no haber dormido,
la luna me ha dao el toque:
¡niño estoy muy sola!
me arrojo y me despierto al dar contra el bordillo.
hoy me siento, al pensar, como una foto en la pared
y no respiro pa no hacer ruido
y no cambio de postura
y si te paras a mirarme: castigo,
reviento y no quiero hablar.
si todo me sale de color rosa,
te prometo que esta noche tú no duermes sola,
si nada me sale, ¡vete a hacer puñetas!
y aún me debes mil rabietas.
cada vez que me ves soy más guarro y más perro
y cada vez que te vas muero un poco más,
cada vez que me ves metido en tu pensamiento
es que reniego del tiempo hasta el final.
si todo me sale de color rosa,
te prometo que esta noche tú no duermes sola,
y si nada me sale, ¡vete a hacer puñetas!
y aún me debes mil rabietas.
y no es nada
comparado con el doler
que le da a mi alma: tu mirada
y no poder evitar:
que hoy me vuelvo a sentir como una foto en la pared
y no respiro pa no hacer ruido
y no cambio de postura
y si te paras a mirarme: castigo,
reviento y no quiero hablar.
"ni vertiendo polvo
en el cajón de los sueños
consigo auyentar las pesadillas
que pueblan mis borracheras,
largas noches de descontrol
y fuego perdido,
pequeñas y fieras alimañas
que devoran mi vida
hasta contaminarse".
poema final; ni vertiendo polvo
es de sor kampana, alias antonio belarte alíaga