Le tuve miedo a la obscuridad
Tuve que caminar con ansiedad
Tuve que verme al espejo para preguntarme
si estaba bien hacer mil intentos para aceptarme
tal y como soy.
Tuve ángeles volando cerca a mi alrededor
y demonios que nunca dejaron de suceder; los
recuerdos de historias pasadas y de dolor,
Las sonrisas de nuestros viejos cuidándonos.
Narrador:
Pero no hay después y no hay antes, el hoy está
respirando profundamente y todos esos mundos
fantásticos que nacieron dentro de ti.
Están aquí y ahora, están en tus manos, porque
nunca es tarde mientras exista otra oportunidad,
hay mucho por ganar y nada que perder.