El cepo


Se cierra y se abre, y no me importa, y es más,
no me quiere morder si me da por ladrar,
fui sin colmillos, uñas, cebo ni pan,
no quiso más que abrir sus labios de par en par,

no hay quien lo engrase ni que amase su crin,
tan sólo el arrullar de la lluvia de abril,
que decidió que, si no empieza, no hay fin,
no hay quien pueda escuchar su bisagra gemir,

por eso muérdeme otra vez, quédate con la piel,
sólo muérdeme, como lo hiciste ayer,
dientes para mentir, tú solo mientes para sentir
que en el hueso viví

no quiere tinta, nadie pinta su fe,
de tanto gotear se olvidó de querer
a tanto viento que no supo entender
que su alimento fue verme otra vez caer,

por eso muérdeme otra vez, quédate con la piel,
sólo muérdeme, como lo hiciste ayer,
dientes para mentir, tú solo mientes para sentir
que en el hueso viví

En su chasquido guarda el ruido del mar,
en su oleaje va nuestra lengua sin sal,
tanto suspiro y humo de acariciar
quizá otro amanecer que desnudo estará,

por eso muérdeme otra vez, quédate con la piel,
sólo muérdeme, como lo hiciste ayer,
dientes para mentir, tú solo mientes para sentir

muérdeme otra vez, quédate con la piel,
sólo muérdeme, como lo hiciste ayer,
dientes para mentir, tú solo mientes para sentir
que en el hueso viví.