Un hombre sólo


Soberbio en la cuerda floja
mantiene alta la vista en su equilibrio,
sobre su frente la carpa
recuerda un rito tan triste como antiguo.

Detrás sin riesgo ninguno
mil ojos desconocidos que le observan
esperan en su silencio
que un leve fallo le pierda y caiga en tierra.

No ven a un hombre en el hombre,
ni tan siquiera su vida interesa,
tal vez querrán conocerla
cuando retiren el cuerpo de la arena.

Un hombre sólo, un hombre solo.