Algunas veces, no crees lo inalcanzable,
Las manos palpan aire fuera de control;
Algunas veces, el vacío hace distante,
La última caricia que también huyó.
No debí dejar tus alas desplegar,
Dejarte mirar a Dios;
No debí dejar pasar agua de mar,
Justo en medio de los dos.
No hay nada atrás, el cielo ya no está,
La necedad lo desplomó;
No hay nada más, y ya no habrá jamás
Pétalos de igual color.
Ya no soy tan fuerte como fui ayer,
Si quieres me verás caer,
Para levantarme una y otra vez;
Ya no soy tan fuerte como fui ayer,
Seguro que te perderé,
Te lloraré un minuto para desaparecer.
Algunas veces rechazas lo indeseable,
Y el aire te sofoca sin condición;
Algunas veces, todo es tan miserable,
Puedes sentir el sable en tu desesperación.
No debí dejar tus alas desplegar,
Dejarte mirar a Dios;
No debí dejar pasar agua de mar,
Justo en medio de los dos.
No hay nada atrás, el cielo ya no está,
La necedad lo desplomó;
No hay nada más, y ya no habrá jamás
Pétalos de igual color.
Ya no soy tan fuerte como fui ayer,
Si quieres me veras caer,
Para levantarme una y otra vez;
Ya no soy tan fuerte como fui ayer,
Seguro que te perderé,
Te llorare un minuto para desaparecer.