Qué es lo que falta para creer que Dios murió,
qué es lo que falta para creer quién lo mató.
El libro blanco, rojo y azul se me perdió
sólo me quedan mi mente y tú, qué voy a hacer.
Véndeme el alma que ayer valió quiero comprar
te vendo el cuerpo de mi virtud ya no es igual.
Cualquiera muere, dos nacerán hay que confiar
si tu conciencia no va a explotar por qué pensar.
Quién resistirá, quién sabe la distancia
entre Babilonia y el Dorado aquel.
Dónde me hallarás si tardas en volverte
Cristo de este templo que arderá.
Hoy es muy tarde, mañana habrá que trabajar
viva la Tierra, que buen lugar para morar..