Una noche serena y obscura,
Cuando juramos amarnos los dos,
Cuando en silencio, nos dimos un beso,
Y de testigo, pusimos a Dios
Las estrellas, el sol y la luna,
Son testigos, que fuiste mi amada
Hoy que vuelvo, y te encuentro casada
Ay que suerte infeliz, me toco
Soy casado y amarte no puedo,
Porque así, lo dispuso la ley
Quiero serle, constante a mi esposa,
Y en silencio, por ti llorare
Cuando estés en los brazos de ese hombre,
Y te creas, la más consentida,
Quiera Dios que te maten dormida,
Por ingrata y traidora a mi amor.