Oye la historia que contome un día
el viejo enterrador de la comarca
era un amante que por suerte impía
su dulce bien le arrebato la parca
Todas las noches iba al cementerio
a visistar la tumba de su hermosa
la gente murmuraba con misterio
es un muerto escapado de la fosa
En una horrenda noche hizo pedazos
el mármol de la tumba abandonada
cavó la tierra y se llevó en sus brazos
el rigido esqueleto de su amada
Y allá en la triste habitacón sombría
de un cirio fúnebre a la llama incierta
sentó a su lado la osamenta fría
y celebró sus bodas con la muerta
Ató con cintas los desnudos huesos
el yerto cráneo coronó de flores
la horrible boca la cubrió de besos
y le contó sonriendo sus amores