Pensó que yo me moriría cuando me dejó solito;
pensó que yo saldría ni un loco a buscarla donde fuera;
pensó que quedaría ni un tonto, llorando por su cariño,
siendo que para olvidarla, yo tenía varias maneras.
Se equivocó si jamás pensó en su propio llanto,
y aquél dolor que no me mató ni me dolió tanto.
Que sea seguro, que ya no vuelves, que sea seguro,
que no me quieres. Y cuando ya estés lejos, bien lejos,
y se cierren todos los caminos, cuando sientas que no estoy contigo,
muera aquél sentimiento, para que en cada lamento, sientas que me has perdido.
Que sea seguro, que ya no vuelves, que sea seguro, que no me quieres.
Yo se que si un amor se pierde, mortifica, mortifica;
te fuiste pensando en dejarme con el corazón herido;
jamás pude ver en tus labios ni siquiera una sonrisa,
y mira si el tiempo ha cambiado, que hoy soy yo quien te castiga.
Tu salvación quieres que sea yo pero yo no puedo,
porque tu amor, me causó dolor, y dolor no quiero.
No sientas miedo; quiere tu vida; que yo no quiero causarte heridas.
Yo no quisiera estar ese día, en que estarás tan sola y tan triste,
y suplicando que te acaricie y que desee tu cuerpo,
porque es que yo no puedo, hacer lo que tu hiciste.
Que sea seguro, que ya no vuelves, que sea seguro, que no me quieres.
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