Yo soy una pobre viuda, que habito en la soledad
Abandone a mi marido, por amar la libertad
Señor por casualidad, no me ha visto a mi marido
Señora, no lo conozco, deme una seña y le digo
Mi marido es alto y rubio, mal parecido no es,
En el puño de su mano, trae un letrero francés
Por las señas que usted da, su marido muerto es,
En la guerra de Valencia, lo mato un traidor francés
Señora si usted quisiera, nos casaríamos los dos,
Con la voluntad mía y suya, y la voluntad de Dios
Sale la viuda a la calle, con su vestido café,
Saco el espejo y se mira, que buena viuda quede
Ya el águila real voló, y quedo la palomita
Aquí se acaba cantando, los versos de la viudita.