Bajo el aliento de cipreses centenarios
Entre el claro oscuro de sus ramas acarician los castaños
Sobre el altar de hojas secas y helechos
El sol resvalaba por mi pecho y brillaba en tu pelo
He venido al mundo
Desnuda bajo el cielo
Es todo lo que tengo
Ya no somos ángeles
Ya no tengo miedo
Soy de carne y hueso
Como dos potros salvajes
Sin pertenecer a nadie
Mientras miran las lechuzas y las viboras cambian de muda
Mientras flota en el aire polen de amapola
Y se cruza en su viaje con hilos de seda
De arañas que ondean como banderas desechas
He venido al mundo
Desnuda bajo el cielo
Es todo lo que tengo
Ya no somos angeles
Ya no tengo miedo
Soy de carne y hueso
Soy de carne y hueso
Nananarana...
Nananarana...
Todo está vivo
Tú y yo somos una parte tan pequeña
La tierra gira
Cuando nos vayamos seguirá girando
Vinimos al mundo
Desnudos bajo el cielo
Y asi nos marcharemos
Como el paraiso
Del principio de los tiempos
Sólo somos eso
Solo carne y hueso
Todos los misterios
Nos han sido desvelados
Todos los pecados
Nos han sido perdonados