Tu eres el signo grandioso lleno de luz y de sol,
todo encendido e inundado por el amor de Dios.
María, Virgen pura, enciende todo mi ser,
en tu pequeño santuario como una llama de amor.
Como una rosa doliente, silente junto a la cruz,
dices tu sí al sacrificio pues Dios lo quiere de ti.
También hoy llama al padre heroes para la misión,
aquí me tienes, Madre, como ofrenda de amor.
Reina de todos los mundos, vence la tempestad,
mata el engendro del diablo, Tú, Vencedora Real.
Hazme un apostol de Schoenstatt, cual caballero estaré
y morire sonriendo, querida MTA.